Dentro de cada Mujer yace no una, sino que diversas Diosas esperando ser llamadas para su libre expresión.
Diosas del amor... Diosas de la inteligencia... de la muerte o de la tierra. Diosas de la belleza.. de las artes...de la abundancia o del misterio.
Para acceder a su propia riqueza, toda Mujer debe primero re-conocerse como potencial sagrado. La palabra Diosa no es más que la viva representación de las poderosas y extraordinarias cualidades femeninas. Poetizas, artistas, educadoras, bailarinas, sanadoras, sabias, cientistas, chamanas, oradoras, y una lista infinita... así como tu poder...intensa Mujer. Pero, cómo despertar la propia divinidad si los pensamientos y la energía están en cuerpos ajenos?
Mujer que se auto abandona
Cientos de mujeres caminan perdidas de sus propósitos, débiles en sus desiciones, confundidas de sus propias verdades. Alejadas de su propio cuerpo, distanciadas de sus emociones y separadas de su fuerza interior. Estas mismas mujeres corren detrás de una relación que las anime, que las potencie, que las resguarde. Estas mujeres corren detrás del amor. Deseosas de la relación de sus sueños; aquellas mujeres repiten un mismo tipo de comportamiento: dedicarse por completo a la relación, o mejor dicho, dedicarse a la relación en exceso. Esta es una situación real y que he visto repetir incansablemente en las mujeres que me rodean, yo misma incluida. Hambrientas por relacionarnos, vamos depositando toda nuestra energía en aquello, olvidándonos hasta; de nuestros propios objetivos. Somos capaces de dejar de lado aquello que nutría nuestra sonrisa en momentos de ocio o incluso más peligroso, podemos abrir mano de nuestros anhelos para encajarnos en la vida de otra persona.
No porque alguien lo pida. Es por entero desición propia. Ansiamos entregarnos por completo. Queremos ese amor sí o sí. Ambiciosas porque esa relación amorosa funcione, estamos dispuestas el 100% de nuestro tiempo para encargarnos que así sea. Ya sea en nuestras acciones, ya sea en nuestros pensamientos. Buscando alternativas sobre como mejorar aquél vínculo comenzamos a observar cada detalle, a exigirnos más y más. Cambiamos, controlamos, o nos silenciamos. Todo para asegurar aquella unión. Nos cansamos, frustramos y nos desilucionamos.
Como es de esperar, aparecen los miedos, la ansiedad, la tensión. Será que está todo bien? Estoy haciendo algo errado? Cómo asegurar que me siga amando? Ya has pasado por este tipo de preguntas? Nada de extraño!
Mujer, así es como se nos ha enseñado a relacionarnos.
Esto tipo de comportamiento comienza en la enraizada creencia de no estar completas tal cual somos, de necesitar de alguien a nuestro lado para estar seguras y estables.
De la carencia de contentar al débil ego escuchando frases como “te amo” o “te extraño” que tan especiales nos hacen sentir. Al responsabilizar a otra persona por nuestro bienestar, por nuestra felicidad, sólo estamos reforzando nuestras propias crisis de ansiedad, depresiones y todo lo demás. Pues estamos dejando en manos de otro, nuestra vida y nuestro sentir.
Mujer, nadie hará de tu vida el sueño que esperas, pues cada quien viene a vivir la suya propia.
La relación más importante de tu vida
La única relación permanente hasta la muerte es contigo. Por qué no entonces enamorarte de ti misma? Dedicar tu tiempo a la propia nutrición. Danzar en tus aguas, cantar tus dolores, ser complice de tus secretos. Reir de tus fantasías, acariciar tus miedos, estimular tus propósitos. Regozijarte en tu cuerpo, lamer tus sabores, aullar tu placer. Servirte en tus necesidades, decorar tus dias, preparar tu espacio. Alimentar tus sueños, gritar tus cualidades, desordenar tus reglas. Crear tus rutinas, seguir tus valores, acompañar tus procesos. Levantar tus pesares, limpiar tus pensamientos, desarmar tus jaulas. Involucrarte en tu vida, conocer tus limites, escribir tu camino. Sentir tus emociones, oler tus fragancias, tocar tus estrellas.. . Mujer, transforma tu tierra en un abundante jardín. Cultiva una relación de autoamor y valoración como necesidad primaria. Acude al llamado de las Diosas, y permitete ser naturalmente como eres: divina, mágica, encantadora. Pasa tiempo contigo misma, enamórate de tí.
Relación es para expandir amor
Relación no es para recibir amor, relación es para expandir amor. Y para eso, las personas involucradas deben primero, tener amor por sí mismas. Afecto, respeto y valor. Tanto tiene que ver con continuar conectadas con nuestro corazón, mismo estando dentro de una relación amorosa. Sentirnos enteras, ya sea en soltería o compromiso. Mujer, te deseo inspiración y goce por ser quien eres. Por llevar a todas las Diosas dentro. Por el poder que tienes, de incubar y parirte a ti misma cada mes. Con apetito por vernos autónomas de nuestro sentir y deseosa de leerte, me despido. iluna.
Te abrazo mujer, en cada proceso de amor, destrucción y deconstrucción siempre puedes acudir a tu interior divino y a tus hermanas compañeras del camino